Como no podía venir de otros que no fueran los japos.
El concurso es bien sencillo, como su nombre indica. Intentas seguir la letra de una canción mientras una chica te masturba. Pierde quien antes termine.
En España teníamos la versión mermelada, llamado killer karaoke. Intentar cantar mientras te echan cucarachas por encima o líquidos extraños.
Aunque entendamos poco, es curioso escuchar los cambios de tono y las caras. Y atentos a la última chica que para sorpresa utiliza los pies para tal sana práctica.
Sinceramente, prefiero este tipo de programas que toda la parrila de Tele 5.