Hoy en día, hay un parámetro por el que hemos entregado nuestras almas al diablo, y no hay nada más importante sobre la faz de la Tierra: Las visitas en el tuenti. Son hoy por hoy, la medida de la popularidad de una persona, fruto de suicidios, guerras civiles, ruptura de matrimonios y enloquecimiento.
¿No os ha pasado la típica? Oséase, estás con un amigo y te pregunta: -¿Cuántas visitas tienes en el tuenti?. -Hombre, pues no sé decirte ahora mismo… ¿Tú? -No no, tú primero, tú primero jejeje (risilla nerviosa). Que suban las visitas es, en gran medida, causa de subir muchas fotos. Pero con eso no basta… Me explico. Si vas a la Puerta del Sol a las seis de la mañana y bailas en bolas, tu pene, grande o pequeño, no llamará la atención porque no hay nadie. Lo mismo pasa en el tuenti. Si cuelgas fotos a las 8 de la mañana, para cuando se conecte la gente a la hora de comer, te habrán pisoteado un montón de “amigos”, y se habrán colocado por encima de ti en la lista de cambios. Por eso, hay que subir las fotos “a hora punta”. He visto gente que las distribuye, igual piensa colgar 3 fotos de la misma noche y cuelga una a las 14.00, otra a a las 20.00 y otra a las 22.30. Parece como si al entrar en el cielo tuviéramos que dar cuenta de las visitas en el tuenti. Creo que el éxito radica en que te concede la posibilidad de conocer a gente que de otra forma no conocerías nunca. Tuenti te brinda la posibilidad de ser amigo de Francisco Franco, Alfonso X el Sabio, Chuck Norris y la niña de Rajoy. Todo un lujazo. Hay una cosa clara: a más amigos, más visitas. La niña que cuelga una foto en sujetador, así sea Paz Padilla, tendrá un éxito rotundo, y todos le escribiran en el tablón: “Vaya ojazosss, nunca vi nada igual, toma mi msn y hablamos si quieres, un besazo. Tengo listas para Kapital para ti y todas tus amigas, estáis invitadas”.
La gente es original cuando buscan amigos desesperamente. Las hay que ponen un punto o un espacio en blanco, o incluso que te dicen “¿Quién eres?”. Hay una práctica muy extendida para que suban las visitas y a la vez, estar en la cresta de la ola. Una de ellas es el “Contrato L’Oréal (porque ellos lo valen)”, en el que dos hombres se escriben un número de comentarios fijado al día el uno al otro, comentarios muy coherentes y llenos de significado, porque el que es guay tiene cosas interesantes que contar cada día, del tipo: – Ese tíoooo jajaja. La contestación también está cargada de intención: – Anda ya y tú queee.
Se están desarrollando auténticas enfermedades psicológicas. Las chicas llegan a enfadarse. -¡Maldita hija de puta! ¡Como tú sales bien la subes, no has visto la cara de retrasada que me sale a mí! ¡Y parece que tengo una teta más grande que otra! ¡Eres una egoísta, siempre lo has sido! ¡Te odio! ¡Ya no te ajunto!- Las mujeres en el tuenti son un caso, se desetiquetan de la mayoría de las fotos pero luego se etiquetan en una foto de un paisaje cántabro. O una foto de un grupo de personas… La buscas, pero no la encuentras, pasas el ratón por su nombre y está etiquetada en una farola. O acuden todas a una foto con los personajes de Héroes o La Sirenita. O cuelgan esas fotos pastelosas con estrellitas y unicornios del tipo “Si No FueSe PorQuE VosOtrAs eXistíS, diEcisÉis FeRoCeS LeOnEs Me HabRíAn DeVorAdo eSta NoxEeEeE”. O suben la foto de un tío cachondo y se etiquetan por todo el cuerpo, comentando las marranerías que le harían cada una. Así lo dejan al pobre, que si pasas el ratón por los nombres de las muchachas empiezan a aparecer cuadraditos blancos por todo su torso y parece un muñeco articulado. Esto no sólo pasa con las mujeres.
Hace unas semanas uno me pidió, no es coña, que le blanqueara los dientes con el photoshop antes de colgar cierta foto. Otra ventaja del tuenti es que te permite tener localizada a cualquier persona, es mejor que los satélites del Gobierno. Siempre puedes ver cuándo es la última vez que alguien se ha conectado. Imaginad, una importante reunión de los ingenieros más relevantes de Iberdrola, y salta uno: -”¿Dónde está Juan Osorio?”, a lo que el jefe responde: -”Tenía un compromiso familiar, su hermana daba a luz esta mañana”. Y el que tiene envida de Juan Osorio, saca un portátil y ajustándose las gafas dice: – “¡Mentira, mentira! ¡Mirad el tuenti, última visita hace 12 minutos!”. Si llega a estar “online”, Juan Osorio está despedido. Es un cachondeo lo de ver cuándo se conecta cierta persona… Si en la Fórmula 1 ajustan el tiempo de la parada en boxes para ver si saldrá o no por delante de su rival, nosotros vemos cuántos minutos hace que se conectó y, según a la hora que le mandamos el privado, ver si no lo ha leído o es que no le da la gana de contestarte. Es una contrarreloj, muy estresante. La verdad es que se pierde mucha privacidad. Ya no estamos a salvo de nada. Si te conectas al msn, te dicen “mira el tuenti”, y si te metes al tuenti, te echan en cara que no te metas al msn. Estamos esclavizados. ¿Pero y lo entretenido que es? Alguien ha subido una foto. Pinchas y la miras. Oh, ¿quien será esa cacho de tía? Pinchas en ella. Uf, ¿quién será esa cacho de tía número 2 que le escribe a esta cacho de tía número 1? Y pinchas. Y pinchas. Y pinchas. Cuando te quieres dar cuenta, tienes perfiles abiertos equivalentes a la población de Alicante. Por cierto, ¿quién inventó los eventos? ¿Quién tuvo la idea de hacer posible una herramienta como ésa? ¿A alguien le interesa realmente cuántos andaluces hay en tuenti? ¿O seguidores del Madrid? ¿Calvos? ¿Azafatas de Iberia? ¿Gente con media dioptría de astigmatismo? ¿Actores porno que lean la Quo? ¡Dios! No se dan cuenta de lo malo que es para el corazón un evento. Cuando das a inicio y ves cosas verdes, el ritmo cardíaco sube, pero al ver que son invitaciones a eventos te da un bajón de tensión muy serio. Los estados de algunas personas también dan que hablar. Se supone que eso está pensado para que pongamos cómo nos sentimos, dónde estamos, o qué estamos haciendo últimamente. Pero yo he visto gente que está “grrrogrooogorogor”. ¿Qué le pasa a alguien que está “grrrogrooogorogor”? Parece que agonizara.
Feliz Viernes
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